Autora Foto. Ama Monika |
Alma
He pedido un refugio para mi
alma pensante y lo he hecho aquí, en este lugar de encuentro. Muchas son las
razones pero ninguna tan importante como la amistad que un dia hallé en quien
ha construido el lugar.
He venido a este refugio
porque sé que, aquí, el universo entero se concentrará en un solo punto y que
eso me permitirá pensar. He venido con confianza porque sé que lo que esté
fuera se irradiará de este centro donde, reflexionar y dejar lo que se
piensa, será un ir y venir para luego volver.
Un espacio- tiempo a
dimensional para mi soledad, al abrigo de alguien que empezó siendo una
voz, solo una voz, para luego transformarse en imagen y de imagen en amiga.
¿ Una voz vale más que mil imágenes?
. Desearía ser libre, pero ocurre
que el pensador deja de serlo, deja de ser libre quiero decir, cuando ha
anclado en los pensamientos profundos que la vida contiene, cuando se ha
ceñido el cinturón de los secretos universales.
La verdad no libera, sino
que, por el contrario, compromete. Libre es el sabio, no el que piensa. Y
sabios solo son los niños. Recuerdo ahora un regalo que hice hace algún tiempo.
Era una escultura de una niña saltando sobre un niño que reflejaba una
posición dominante sobre él, inmersos ambos, como estaban, en un juego
mágico carente de espacio-tiempo.
Debió ser breve y efímero aquel
salto, mas seguramente eterno por memorable, por siempre presente. He venido a
este lugar porque es el refugio que ella ha construido para mí, uno de tantos,
el segundo quizás.
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